Trastornos Alimenticios y Deportes


Ortorexia, u ortorexia nerviosa
 Es un término acuñado por Steven Bratman para calificar como trastorno alimentario la obsesión patológica por comer comida considerada saludable por la persona, lo que este doctor estadounidense sostiene que puede llevar a la desnutrición, incluso a la muerte.1 2

 La ortorexia es un "tipo de trastorno obsesivo", que lleva al extremo la idea de alimentación sana y que consiste en "un control exhaustivo y cada vez más estricto de los componentes de los alimentos", según explica a Europa Press el nutricionista y naturópata del Instituto Médico de la Obesidad (IMEO), Rubén Bravo.

 La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la ortorexia  afecta, hoy en día, al 28 por ciento de la población de los países occidentales y, según Bravo, su prevalencia "podría ir en aumento" en los próximos años, ya que la sociedad actual "tiende a los extremos" y las personas o se cuidan en exceso o no se cuidan "nada y tienden a la autodestrucción con la comida como ocurre con la obesidad".
  
Aunque las consecuencias de la ortorexia dependen de su gravedad, una de sus características es que es una enfermedad "progresiva y silente", que hace que el día a día del sujeto esté cada vez más limitado. Así, la ortorexia puede comenzar por limitar mucho la alimentación, evitando la ingesta de carne roja, huevos, azúcares, lácteos y grasas, puede llegar a impedir al sujeto comer fuera y hasta llevarle a dedicar 3 o más horas al día a organizar su dieta.

   Normalmente, conduce al "aislamiento social", ya que el individuo "se agobia" si por ejemplo tiene que asistir a una comida entre amigos o una comida empresarial, por lo que suele limitar su compañía "a un reducido círculo social compuesto por personas que piensan de la misma manera", explica el nutricionista de IMEO.

   "Estas personas -prosigue el experto- se creen superiores a aquellas que no siguen esta forma de vida", por lo que su abordaje es bastante "complejo" porque suelen presentar "una falsa autoestima" basada en esta idea de superioridad y en el pleno convencimiento de que su vida es "mejor" que la del resto.


   Respecto a su perfil psicológico, Bravo explica que son personas que están "más preocupadas por la calidad de los alimentos que por el placer de comer". Por ello, dedican gran parte de su tiempo (3 o más horas al día) a organizar la dieta y la planifican con mucha antelación, se desplazan grandes distancias para conseguir alimentos especiales o puramente ecológicos, los pesan, analizan sus componentes y abandonan sus actividades diarias para poder llevar a cabo su patológico modo de vida.

CONTAR LA MASTICACIÓN
   "Atendí el caso de un paciente que controlaba las veces que masticaba cada trozo de comida 28 veces porque había leído en una revista que era sano", comenta a Europa Press el naturópata de  Instituto Médico de la Obesidad.
   Todo estos rituales, derivados según el experto, de llevar al extremo los conceptos de culto al cuerpo y vida sana, tienen una serie de consecuencias sobre la salud psicológica, física y social. En la vertiente social lo más importante es que, por las características estrictas a las que les conduce su enfermedad, terminan "aislándose".

   En el ámbito psicológico Bravo explica que suelen presentar "niveles altos de dopamina y niveles bajos de serotonina. Esto hace que tengan un exceso de euforia combinado con niveles de ansiedad altos".

   Y en el aspecto físico de salud puede ocurrir que presenten "un exceso o defecto de vitaminas". Por un lado, evitar tantos alimentos puede conducir a "carencias de calcio, hierro o de algún otro tipo de oligoelemento", mientras que otras veces "lo que hacen es obsesionarse con la nutrición ortomolecular", por lo que ingieren "excesivas" cantidades de suplementos nutricionales.

   Asimismo, muchos de estos pacientes presentan déficit en su masa corporal, hipotensión y problemas cardiovasculares. "Al rechazar el azúcar y la sal se suele generar un problema en la bomba de potasio y sodio celular. Esto provoca oscilaciones entre la tensión alta y baja, que a la larga pueden derivar en un problema cardiovascular", explica Bravo.

   La ortorexia afecta principalmente a mujeres y adolescentes. También tiene su impacto sobre el grupo poblacional de deportistas y, sobre todo, en la gente que practica el fisioculturismo.
   Su tratamiento debe basarse, según el nutricionista, en un "abordaje multidisciplinar" donde tengan cabida la psicoterapia, el control nutricional, la terapia por biorresonancia para "equilibrar" el funcionamiento emocional y el tratamiento farmacológico mediante antidepresivos, ansiolíticos y anoréxicos en los casos más graves.

Vigorexia
 No es un concepto reconocido por la Real Academia Española (RAE). Sin embargo, el término es muy habitual para nombrar a la dismorfia muscular, untrastorno que se caracteriza por la preocupación obsesiva por el físico y la distorsión del esquema corporal.
Este desorden emocional o nervioso, que no suele ser reconocido como una enfermedad por los médicos, es más frecuente en el hombre que en la mujer. También conocida como complejo de Adonis, la vigorexia hace que quienes la padecen perciban sus características físicas de manera distorsionada.
mejorar su aspecto corporal. Estos ejercicios son realizados de manera compulsiva hasta que el cuerpo pierde sus proporciones normales.
Los vigoréxicos sienten que carecen de musculatura y de tonicidad; por lo tanto, tienen una obsesión con la realización de ejercicios físicos que les permitan
En muchos casos, los ejercicios físicos se complementan con el consumo deesteroides o anabólicos que contribuyan a aumentar la musculatura. De esta forma, la vigorexia se vuelve aún más peligrosa, ya que el abuso de este tipo de sustancias aumenta el riesgo de padecer cáncer de próstata, disfunción eréctil y otras enfermedades.
La actividad física compulsiva y el consumo de anabólicos también suelen combinarse con dietas poco equilibradas, con un consumo de alimentos que cuenten con gran cantidad de proteínas y carbohidratos, lo que puede producir alteraciones metabólicas.
Se cree que cuatro de cada 10.000 personas sufren vigorexia, siendo más propensos aquellos sujetos con baja autoestima y tendencia a las conductas adictivas. El tratamiento de la vigorexia es principalmente psicológico para que la persona supere su miedo al fracaso y mejore su autoestima.




Perfil de una persona con dicho trastorno
Con todo lo señalado anteriormente el perfil de una persona que presenta este trastorno incluye puntualmente:
§  Obsesión por un cuerpo musculoso, pero al extremo, ya que aunque ya lo haya conseguido, su visión esta tan distorsionada, que frente al espejo sigue viéndose débil.
§  Distorsión de la imagen corporal.
§  Baja autoestima.
§  Entrenamiento con dedicación compulsiva y casi exclusiva, dejando de lado otros asuntos y eventos de orden social, laboral y cultural.
§  Adicción a la báscula.
§  Tendencia a la automedicación.
§  Dieta muy alta en proteínas, en la mayoría de los casos la dieta va complementada con productos anabólicos y esteroides.
Vigorexia o Dismorfia muscular.


Atención
Ante estos trastornos, la prevención es la mejor solución. La anorexiabulimia y vigorexia son trastornos de alimentación que están todos íntimamente relacionados entre sí: La obsesión por una aceptación del entorno social y por una imagen corporal perfecta. Es muy importante saber diferenciar vigorexia con la práctica habitual de cualquier deporte, ya que el deporte nos beneficia mucho física y mentalmente, aportando innumerables ventajas a nuestra salud y calidad de vida.
Por lo tanto nuestro mejor consejo es que no se debe caer ante modelos de belleza estereotipados por nuestra sociedad actual, sino que debemos aceptarnos como somos, con un cuerpo y mente en equilibrio.







No hay comentarios:

Publicar un comentario